En noviembre de 2013, mi amigo Sergio Mansur me invitó a participar en un proyecto llamado redSupernova.
Éramos un equipo pequeño, diverso y entusiasta, formado por personas de distintas edades y profesiones, con un gran objetivo en común: construir una plataforma donde la colaboración y la inteligencia colectiva pudieran abrir camino a nuevas formas de pensar y hacer.
El proyecto no llegó a consolidarse —la crisis económica en Argentina lo dejó en pausa indefinida—, pero nos dejó una experiencia compartida, valiosa. Y también este texto que escribí para presentarme, y que hoy quiero guardar acá, como parte de mi recorrido:
Primero soy mamá, luego diseñadora gráfica. Dibujo letras. A tiempo completo. Me especialicé en diseño editorial, comunicación institucional y creación de sitios de internet. Hice muchos trabajos para empresas, universidades y el gobierno de Córdoba hasta el 2008, año en que armé valijas para venirme a Francia. Ahora navego los dos continentes trabajando freelance (…) Hablo dos lenguas pero mi forma natural de expresarme es usando colores, formas y texturas. En noviembre del 2013 Sergio me invitó subir a un barco. Y aquí estamos, rumbo a nuestra ilusión de mejorar el mundo.
Aunque el proyecto no siguió su curso, estas palabras aún me representan.
Porque redSupernova fue eso: un espacio de encuentro entre los que necesitan ayuda y los que quieren ayudar.