Hay objetos que no valen por lo que son, sino por lo que cuentan.
Fragmentos de infancia, familia, oficio y amistad.
1. El ABC del letrista
Este libro era de mi papá. La pieza clave de mi amor por las letras y de mi pasión por la tipografía.
2. Libro de recetas
Cuando llegué a Francia no sabía cocinar sin harina leudante. Mi mamá me mandó por correo su viejo libro Royal… todavía lo uso.
3. El CD de Queen
Lo único que conservo de mi hermano. Su música, su energía… otra vida.
4. Alfiletero y alfileres
Mi amada abuela. Noches cosiendo a su lado. Su amor, mi refugio.
5. Mi primer teléfono móvil
Un Nokia 1100. El primero.
6. La cuchara del último fernet
Era el día antes de volver a Francia. Estuvimos todo el día en el bar Alfonsina. Esta cuchara quedó como recuerdo del último fernet con mi querido amigo Brossard.
7. La llave de Los Naranjos
La llave de la casa familiar, en mi Córdoba de antaño.
8. El plato con doble fondo
Lo usó mi hermano, después yo, y muchos años más tarde, también mi hija. Tres infancias.
9. Los escarpines tejidos por mi mamá
Antes de irse, mi mamá tejió muchísimo para Maïa. Guardo estos escarpines —y algunas otras cositas más—.
10. Las credenciales de Cosquín
¡Qué experiencia! De nuevo con mi amigo Brossard, festivaliando en su casa.
11. Las primeras firmas de Maïa
Ella dibujando su nombre por primera vez. Qué belleza. Qué emoción ver surgir su trazo propio.
12. Tipos móviles
Un pequeño tesoro tipográfico.
Inspirado en una sección de la revista Flow.